Si la vida puede cambiar en un chasquido de dedos, imagínense lo que puede suceder en cinco meses. Una primavera y un verano entero, pese a que resiste al orden natural de las estaciones y el Espanyol parece otro. Por plantilla y por división, sobre todo. Pero nos damos más cuenta todavía de ello cuando recordamos que esta próxima jornada, los de Luis García visitan La Cerámica.
Antes de estos meses tórridos, en una época en la que todavía eran necesarios esos jerseys que tanto echamos de menos, los blanquiazules también jugaron en el estadio amarillo. La gran diferencia es que aquel 27 de abril el Espanyol se midió a un Villarreal CF dirigido por aquel entonces por Quique Setién; el próximo lunes lo hace ante su filial, entrenado por Miguel Álvarez. Y de eso, repetimos, solo han pasado cinco meses.
En su última visita a La Cerámica, el Espanyol se enfrentó al primer equipo del Villarreal CF; en plena lucha por la permanencia, se adelantó en el marcador, le pitaron un polémico penalti en contra que permitió a los locales remontar y cedió el 3-2 en una acción de endeblez defensiva
Apoyados por su afición en un desplazamiento que habitualmente acostumbra a ser masivo, y también en un laborable (jueves a las 19.30 horas), los de un Luis García que vivía su cuarto partido como entrenador blanquiazul iban a por una victoria que les permitiera recortar puntos a la salvación, que estaba a dos puntos solo una jornada después de una igualada sin goles en casa ante un Cádiz CF también enrredado en la lucha por la permanencia.
Y lo tuvieron cerca, muy cerca. Pero decisiones arbitrales muy polémicas (siete jornadas antes de finaliza el campeonato liguero ya le señalaban al Espanyol acciones en contra cuanto menos dudosas) y acciones mal defendidas mandaron al traste un encuentro en el que el conjunto perico se adelantó por medio de Javi Puado. Capoué empató y Parejo obró la remontada en el rechace de una pena máxima señalada por el colegiado del duelo, Soto Grado, tras un tiro dentro del área que se interpretó dio en la mano de César Montes.
Será la primera vez en la historia que el Espanyol se enfrente al Villarreal B, el único filial de la categoría entrenado por un clásico del fútbol catalán como Miguel Álvarez, que cumple su séptima campaña al frente del ‘Mini Submarino’
Joselu Mato igualó cuando el equipo estaba más tocado, pero Nicolas Jackson se aprovechó de un endeble Montes para anotar el tercero. Los de Luis García, que no supieron aguantar la ventaja, cedieron un cuarto gol obra de Capoué y vieron como se expulsaba a Edu Expósito con roja directa. La derrota (4-2), combinada con otros resultados, dejó la permanencia a cuatro puntos.
No ha pasado tanto de ese encuentro y el Espanyol regresa a La Cerámica, pero con una realidad muy distinta y para enfrentarse a otro equipo. Un mal y polémico final liguero propició, entre muchas otras cosas, el partido de esta jornada. Un encuentro que solo se parecerá en el escenario y en que los locales irán de amarillo, porque todo lo demás es diferente. Desde la sonrisa de un Espanyol que manda en LaLiga Hypermotion a la equipación de un cuadro perico que estrenará de manera oficial su tercera equipación esta campaña.