Ha trabajado todo el verano en solitario al encontrarse sin equipo, pero no ha dejado de ejercitarse. Álvaro Aguado, la última incorporación del Espanyol, ha entrenado junto a su hermano Rubén, que es preparador físico en el equipo femenino de Club América mexicano, al que llegó después de estar tres años en el Linares Deportivo.
Eso significa que Álvaro Aguado no parte de cero, al menos a nivel físico. El centrocampista, que está destinado en un futuro cercano a ser el acompañante de Pol Lozano en el doble pivote, ha llegado a un buen nivel y, más allá de coger rodaje, lo que le falta es empaparse de la idea de juego que busca el míster, un modelo cuya intención es hacer daño tanto a nivel exterior como interior y que, tal y como él ha admitido en alguna rueda de prensa, no es sencillo de adquirir. Sin ir más lejos, en los encuentros ante Racing de Santander y SD Amorebieta el míster tuvo que tocar piezas para cambiar el guion del duelo, muestra de que la idea de fútbol del asturiano es ambiciosa, pero no sencilla.
Pero no nos desviemos del tema. Álvaro Aguado ha llegado para ser titular y, pese a que difícilmente lo será ante el CD Eldense –Edu Expósito y Keidi Bare se jugarán un sitio en la medular-, tiene números de entrar en la convocatoria e incluso contar con minutos para ir cogiendo ritmo de competición lo antes posible.
Inscrito ya en LaLiga, Aguado lucirá el dorsal 18 a la espalda. El jugador está listo para «jugar cuando lo considere el entrenador» y, pese a que quizás estos primeros días le ha costado un poco -tal y como él mismo admitió en su presentación-, apunta a ser un futbolista importante para Luis García, su principal valedor. Aguado era la primera opción y, tras cocinarse a fuego lento su llegada, hay ganas de verlo en acción. Su misión, ponerse a punto lo antes posible para que el míster pueda tirar de él lo antes posible. Según cómo se dé el duelo ante el CD Eldense, y siempre y cuando entre en la lista, puede darse esta misma jornada.