No se asusten con el titular de la noticia. Fernando Pacheco sigue siendo jugador del Espanyol y este mercado, tal y como ha confirmado él mismo, no saldrá del club. Está centrado en el objetivo de devolver al primer equipo blanquiazul a Primera división. Pero a buen seguro que hoy le pasarán muchas cosas por la cabeza y le vendrán muchos recuerdos a la mente.
El Espanyol realizará esta tarde su último entrenamiento antes del encuentro frente al CD Mirandés. Y lo hará en un lugar muy especial para Fernando Pacheco: la Ciudad Deportiva Joé Luis Compañón, instalación en la que el Deportivo Alavés realiza sus sesiones preparatorias diariamente. El meta blanquiazul volverá a pisar un césped en el que trabajó siete temporadas.
Fernando Pacheco firmó por el Deportivo Alavés en la temporada 2015-16 tras formarse en el fútbol base del Real Madrid. El pacense no tenía sitio en el primer equipo blanco ante la presencia de Iker Casillas y Keylor Navas, con lo que a sus 23 años apostó por marcharse a jugar a Segunda división como ‘babazorro’. En Mendizorroza le dieron los minutos que en Chamartín se le negaban y fue clave para el ascenso a Primera.
Esa fue la primera de siete campañas que estuvo en el Deportivo Alavés y en las que se convirtió en un icono, jugando 253 encuentros y siendo uno de los capitanes a partir de la segunda temporada en el equipo. El pasado verano puso punto y final a una etapa firmando por la UD Almería con la carta de libertad y, tras una primera parte de la campaña complicada y sin minutos, fichó en el mercado invernal por el Espanyol, equipo en el que ha vuelto a sonreír.
Pacheco ha comenzado con muy buen pie la campaña. Sostuvo al Espanyol en la primera jornada, deteniendo dos penas máximas a Manu Fuster, paradas clave para sumar un punto ante el Albacete Balompié y, pese a no tener excesivo trabajo ante el Racing de Santander, estuvo atento y dio una muestra de excelentes reflejos en los minutos finales al despejar un potente tiro de Iván Morante. El guardameta perico ha recuperado la sonrisa, tal y como hará cuando vuelva a la que fue su casa durante siete años. Los buenos momentos nunca se olvidan.